La obra, que el gobernador Samuel García calificó como la “salvadora de la sequía en Monterrey”, arrancó sin los estudios necesarios para medir el impacto ambiental que ocasionará su construcción.
Ha salido a la luz que la obra del acueducto Cuchillo II, que el gobernador de Nuevo León, Samuel García, había presentado como la solución a la sequía en Monterrey, inició sin los estudios de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) ni el Estudio Técnico Justificado (ETJ), que son indispensables conforme a la ley del estado para que esta obra no provoque daños ecológicos.
Por si fuera poco, el director de Agua y Drenaje Monterrey, Juan Ignacio Barragán Villarreal, mencionó que, de los 10 mil litros por segundo prometidos, sólo irán llegando por el acueducto 2 mil litros “conforme a las necesidades”. Nosotros nos preguntamos: ¿las necesidades del pueblo o de las empresas?
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