Unos 2 mil migrantes han emprendido una travesía desde la frontera sur de México en una caravana denominada “Viacrucis Migrante 2024”, con el objetivo de dirigirse hacia el centro del país en busca de continuar sus trámites migratorios o proseguir hacia Estados Unidos.
Avanza la Movilización Migrante en México
La caravana, que partió al amanecer desde Tapachula, en Chiapas, tiene como propósito destacar las dificultades y el sufrimiento que enfrentan los migrantes durante su travesía por México, incluyendo robos, violaciones, extorsiones, secuestros e incluso la muerte, según indicaron activistas que acompañan al contingente.
Condiciones de los migrantes
El párroco Heyman Vázquez Medina, miembro de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia católica, expresó su preocupación por las duras condiciones que enfrentan los migrantes en su camino. Señaló que deben caminar largas distancias bajo el sol o la lluvia, soportando hambre y diversas adversidades.
Críticas a la Política Migratoria
Vázquez Medina también criticó la falta de claridad en la política migratoria de México, mencionando que, aunque no se resuelven los trámites de regularización, a los migrantes se les impide abordar el transporte público y se ven obligados a caminar por las carreteras, donde son detenidos y deportados.
Postura del Gobierno de México
Luis García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana AC, acusó al gobierno mexicano de endurecer su postura contra los migrantes y de perseguirlos implacablemente. Afirmó que las autoridades buscan detener los flujos migratorios, pero su enfoque solo beneficia al crimen organizado.
Creciente Flujo Migratorio
En los últimos meses, las autoridades migratorias han intensificado las detenciones de extranjeros, como parte de los acuerdos entre México y Estados Unidos para abordar el creciente flujo migratorio. Sin embargo, a pesar de los operativos, miles de migrantes siguen llegando a la frontera norte con la esperanza de ingresar a territorio estadounidense.
Esperanza y Desafíos
Daniel Godoy, un migrante guatemalteco, decidió unirse a la caravana después de esperar durante cuatro meses una respuesta a sus trámites de regularización. Ante la falta de avances, él y su familia optaron por emprender el viaje por su cuenta, llevando consigo a sus dos hijos pequeños en una travesía llena de incertidumbre y desafíos.